No es la playa de mejores accesos, pero sí un paraíso virgen que, por sí solo, hará que el viaje a Fuerteventura no se olvide jamás. Rodeada de montañas, generalmente con muy pocos usuarios (precisamente por su lejanía de los centros turísticos y por su complicado acceso), es el paraje ideal para desconectar con la visión del Atlántico. Está ubicada al sur de la isla, en la península de Jandía, y es también lugar habitual de suelta de tortugas.
No es la playa de mejores accesos, pero sí un paraíso virgen que, por sí solo, hará que el viaje a Fuerteventura no se olvide jamás. Rodeada de montañas, generalmente con muy pocos usuarios (precisamente por su lejanía de los centros turísticos y por su complicado acceso), es el paraje ideal para desconectar con la visión del Atlántico. Está ubicada al sur de la isla, en la península de Jandía, y es también lugar habitual de suelta de tortugas.
Fuerteventura es sinónimo de playas infinitas de fina arena rubia. Sin embargo, su costa oeste, de oleaje más bravío, esconde tesoros de irrenunciable visita si se busca el contraste. Aguas Verdes, en Betancuria, es uno de ellos y resume a la perfección la amplia oferta de piscinas naturales vírgenes de las Islas Canarias. Unos seis kilómetros se ven salpicados por charcos y entrantes de mar dignos de una visita si la prioridad es el relax y el aislamiento sin huellas humanas.
Las Salinas del Carmen son las únicas salinas de Fuerteventura que siguen en funcionamiento. Ocupan 26.100 m2 y están formadas por 10 cocederos y casi 1000 tajos. Situadas en la Costa de Antigua, en su recinto se encuentra también el Museo, integrado entre las instalaciones de las salinas, que incluyen el almacén de la sal, la casa del salinero y los restos del viejo embarcadero.
Las Salinas del Carmen son las únicas salinas de Fuerteventura que siguen en funcionamiento. Ocupan 26.100 m2 y están formadas por 10 cocederos y casi 1000 tajos. Situadas en la Costa de Antigua, en su recinto se encuentra también el Museo, integrado entre las instalaciones de las salinas, que incluyen el almacén de la sal, la casa del salinero y los restos del viejo embarcadero.